Por Sonora Star



El perro ha sido conocido a través de los siglos como el mejor amigo del hombre; y esto no ha sido una exageración, pues además de ser compañeros de vida, que nos regalan su cariño incondicional, también pueden ser muy benéficos para nuestra salud.

Muchos de los estudios sobre este tema están relacionados con los beneficios que nos brinda sacar a pasear a nuestras mascotas. Esto requiere que hagamos ejercicio, pero también nos ayuda en otros aspectos, por ejemplo, para socializar con otros propietarios de perros.

Pero hoy en día, las investigaciones han ido más allá, pues un grupo de científicos publicaron en Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes, donde las conclusiones relacionan a los perros con una menor probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares, así como con unas mejores tasas de recuperación después de un infarto o un derrame cerebral.

Este estudio fue realizado en la Universidad de Uppsala, en Suecia. Se analizaron los historiales de aquellos residentes suecos de entre 40 y 85 años que habían sufrido un infarto o un accidente cerebrovascular isquémico entre 2001 y 2012, y se comprobó si tenían perro a través de datos gubernamentales.

En total se obtuvo información de 182 mil personas que habían pasado por un infarto, el 6% de las cuales tenían perro, y 155.000 que habían sufrido un accidente cerebrovascular isquémico.

De estos últimos, el 5% vivían con una de estas mascotas. Al comprobar cómo se habían recuperado después de su ataque, observaron que el riesgo de muerte para los pacientes de infarto que tenían un perro fue un 33% más bajo para los que vivían solos con el animal y un 15% más bajo para los que también cohabitaban con una pareja o un hijo.

En cuanto al accidente cerebrovascular, las cifras se encontraban en un 27% menos para los que solo compartían casa con su mascota y un 12% para los que vivían con otra persona.

Por otra parte, un equipo de investigadores del Hospital Mount Sinai se encargó de analizar los datos de 3.8 millones de personas, extraídos de diez estudios sobre el tema.

De todos estas investigaciones, nueve comparaban las tasas de mortalidad entre poseedores de perros y personas sin esta mascota y cuatro hacían lo mismo, pero centrándose solo en la mortalidad por causas cardiovasculares.

Así fue cómo comprobaron que los propietarios de canes tenían un 24% menos de riesgo de muerte por todas las causas, un 65% menos de riesgo de mortalidad después de un ataque al corazón y 31% menos de riesgo de morir por causas cardiovasculares.

Tener perro parece relacionarse con una disminución de la presión arterial y los niveles de colesterol, así como con una mejor rutina de ejercicio físico.

Además, había menos probabilidad de encontrarse en aislamiento social, siendo este un factor muy relacionado con el desarrollo de patologías cardiacas.

Algunos han propuesto que el afecto incondicional y la compañía de los perros pueden mejorar el estado de ánimo y, a través de este efecto, mejorar la salud.

Por último, los autores de los estudios destacan que solo una persona que esté dispuesta a velar por el animal y atender a todas sus necesidades debería tomar la decisión de adoptar a uno.

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