Universia
Presentarte a una entrevista de trabajo sin haberla preparado en casa es como salir a correr una maratón sin entrenar. Incurrirás en un error de exceso de confianza creyendo que tus habilidades de oratoria bastan, porque en el caso de que te quedes en blanco o falles en unas de tus respuestas, los reclutadores notarán una laguna de información que te pondrá contra la espada y la pared. Por eso ya puedes seguir leyendo si no quieres boicotear tu proceso de selección. 
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Llevas meses buscando empleo. Has pasado horas y horas consultando ofertas online. Has enviado y actualizado tu currículum tantas veces que hace tiempo que has perdido la cuenta... Y por fin has recibido la llamada. Sí, esa llamada que todos estamos deseando recibir y a la que al mismo tiempo le tenemos tanto miedo. Por fin te han llamado para una entrevista de trabajo. Es el momento de estar eufórico ¿no?
Pasada la euforia inicial la cosa cambia. No lo puedes evitar, pero las dudas vuelven y te hacen darle tantas vueltas a tus pensamientos que al final no sabes en qué momento entraste en ese bucle. ¿Qué van a preguntarme? Seguro que me descartan enseguida. ¿Qué voy a contestar si me preguntan esto? ¿Puedo hablar del sueldo? Estás gastando tu tiempo en algo que no te beneficia en absoluto cuando podrías estar preparándote para esa entrevista de trabajo tan importante. Dejarlo todo al azar no es una opción si de verdad quieres ese empleo.
Puede que este vaya a ser tu primer trabajo y no hayas hecho ninguna entrevista antes. O puede que lleves tanto tiempo sin empleo que no recuerdes bien cómo te preparabas para el proceso. Por estos motivos hemos decidido elaborar una guía sobre cómo prepararse una entrevista de trabajo dividida en tres etapas: investigación, entrenamiento y el día de la entrevista.
Etapa 1: Preparación e investigación
Empieza por indagar sobre la empresa. La conoces y te interesa, sin embargo, aún te quedan cosas por saber. Infórmate sobre sus objetivos, sus departamentos y, sobre todo, sobre el área en el que quieres trabajar. Mostrar este tipo de interés puede beneficiarte mucho.
Para ello debes estudiar en profundidad su página web. Analiza a qué se dedica la empresa, en qué está especializada, echa un vistazo a su organigrama y estudia el apartado de “visión, misión y valores”. En todos esos puntos están implícitos aspectos clave para una entrevista de trabajo. Demostrar que los conoces bien hará que la empresa entienda que verdaderamente tienes interés en trabajar con ellos. Y eso es un punto diferenciador especialmente importante.
Pero existen otros canales que también debes tener en cuenta. Investiga si la empresa ha aparecido recientemente en medios de comunicación resaltando buenas prácticas o nuevos productos. Entra en sus redes sociales y valora cuáles son los temas que más se destacan en sus publicaciones y no dejes de leer su blog, escuchar cualquier participación en un podcast o visualizar vídeos en YouTube.
Y una parte básica en este proceso de preparación e investigación es que te leas en profundidad la oferta de empleo y estudies con especial rigor lo que la empresa cuenta relacionado con el puesto, los conocimientos que demandan y publicaciones que tengan relación directa o indirecta con el mismo.
Pero no te quedes en una investigación externa; esto también trata de ti. Tómate un tiempo para identificar las cualidades y aptitudes que posees y que puedan favorecer a la empresa. Expresar claramente qué puedes aportar como trabajador es algo que causa buena impresión.
Etapa 2: Entrenamiento
Hazlo frente a alguien de confianza, como cuando te preguntaban la lección cuando estabas en el colegio. Ensayar significa anticiparse a las preguntas con el objetivo de transmitir las mejores respuestas, aquellas que te diferenciarán del resto de candidatos.
Ten en cuenta estos puntos para estar verdaderamente listo.
Prepárate para hablar: Puede que seas una de esas personas que a la hora del cara a cara son más retraídas, pero en este caso no puede haber espacio para la timidez. No hace falta que hables mucho, pero sí que lo hagas claro. Puedes practicar frente al espejo algunas preguntas siempre mirando a tu entrevistador.
Descarta la agresividad: Sí, necesitas trabajar en esto antes de que llegue el momento. Precisamente porque sabemos que las entrevistas están hechas para ponernos a prueba no caigas en un error como este. Responder a preguntas a la defensiva o usar expresiones muy tajantes puede jugar en tu contra.
Ve un paso por delante: Intenta jugar con algo de ventaja. Consulta en internet cuáles son las preguntas más habituales en las entrevistas y practica tus respuestas en casa. Hacer esto evitará que te traicionen los nervios cuando llegue el momento y haya posibilidades de que aparezca alguna pregunta incómoda.
Etapa 3: El día de la entrevista
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Lo primero: tranquilidad. Vas bien preparado, conoces la empresa y te haces una idea de lo que pueden preguntarte. Ahora es el momento de demostrar lo que vales, pero para no tirarlo todo por la borda a causa de pequeños detalles, recuerda:
Ten tu currículum a mano: Ya lo has enviado, pero llevar una copia impresa puede servirte de apoyo a la hora de hablar con el entrevistador o resaltar alguna cualidad.
Cuida tu imagen: Sabemos que tus aptitudes y tu formación son más importantes, pero la primera impresión puede hacer mucho por ti. Tener un aspecto aseado y vestir de forma más formal hará que des una imagen más profesional.
No llegues tarde: Este es el último paso antes de tu entrevista y uno de los más importantes. La mala impresión que da la impuntualidad no tiene solución así que procura llegar 5 minutos antes de la hora a la que te han citado.
Demuestra interés. Este es un punto fundamental. Debes ser proactivo durante la entrevista. Convierte la charla en una interacción bidireccional y haz las preguntas que consideres relevantes. De esta forma estarás demostrando que realmente quieres trabajar en esa empresa y deseas saber cómo puede ser tu día a día y tu desarrollo laboral en la misma.
El contacto personal que implica la entrevista de trabajo es decisivo para que seas o no elegido por la empresa. Sin duda es fundamental el trato con el reclutador, las soft skills que demuestras en la interacción y tu forma de comunicarte. Pero también lo es que llegues a la entrevista demostrando que te interesa el puesto y la empresa. La mejor forma de hacerlo es investigando y transmitiendo la seguridad que te da haberte preparado. Si sigues estos pasos, estarás mucho más cerca del éxito. ¡Buena suerte!
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