Por Sonora Star
En ocasiones nos resulta demasiado cómodo sentarnos y mantenernos en el mismo lugar, pues si no te mueves, no puedes caerte. Pero sin riesgo, las recompensas son casi nulas.
Correr riesgos es una decisión que no todos saben tomar. Para ello, se requiere coraje, es decir, dominar el miedo. Sin embargo, no es tan fácil como parece. Si has pasado la mayoría de tu vida con miedo, este podría estar profundamente arraigado en tu subconsciente. Pero ten en cuenta esto: No es imposible cambiarlo.
Todo lo que necesitas es la voluntad de superar tus miedos. Si realmente deseas hacerles frente, no habrá nada que pueda detenerte.
Los siguientes son tres consejos para impedir que el miedo tome las riendas de tu vida:
1. Acepta tus miedos
La autoconciencia y la aceptación son un paso crucial para mantener tus miedos bajo control. Nunca te desharás de las preocupaciones por completo, pero puedes aprender a utilizar herramientas de afrontamiento que te ayuden a tolerar los incómodos síntomas físicos que vienen con ellas. Cuando puedas ver tus miedos por lo que realmente son, descubrirás lo fuerte que eres.
Supón que tienes miedo de conducir. Si alguna vez estás en el asiento del conductor, pensarás ‘¡sáquenme de aquí!’. Si te vas y regresas a un lugar seguro, solo estarás reforzando el miedo. Acepta que el miedo es real, pero desafíate a abordar la situación con coraje y fuerza interior, y no salir del auto. Este es un paso crucial porque cuanto más permanezcas en las situaciones que te dan miedo, más rápido aprenderá tu cerebro a que esta actividad no te matará. Al no resistirte a la experiencia, tu cuerpo volverá sentirse equilibrado.
2. Descubre lo desconocido
Muchas veces, tenemos miedo de algo porque permanece en lo desconocido. Podríamos etiquetar algo como riesgoso porque aún no sabemos ni entendemos qué es. pero resulta muy útil reconocer sobre qué aspectos de tu vida tienes el control y en cuáles necesitas aceptar que no.
Al cultivar una mentalidad consciente, fortaleces tu capacidad para estar presente y ser compasivo contigo mismo, ya que a menudo, nuestro deseo de ser «perfectos» nos detiene.
Un ejemplo sería no comenzar un nuevo empleo porque tienes miedo de conocer gente nueva, la carga de trabajo, no sentirte capaz, etc. Para hacer frente a este miedo, puedes familiarizarte con el entorno, las expectativas y la gente para que puedas sentirte más cómodo y seguro.
También debes reconocer que siempre habrá momentos de incertidumbre, en los que lo mejor será cambiar tu mentalidad a una de “Disfruto de las sorpresas”. Hacerlo puede aliviar el miedo a lo desconocido y brindarte una sensación de alivio.
3. Desafía tus pensamientos
Si puedes cambiar tu forma de pensar sobre una determinada situación, la experimentarás de manera diferente. A veces, tus miedos pueden abrumar tus pensamientos, pero tu trabajo es reconocer que es solo tu ‘preocupación’ y que eres más fuerte que esa parte de ti.
La gente tiene lo que se llama un «sesgo de negatividad», lo que significa que generalmente pensamos en el peor de los escenarios, en lugar de asumir que algo saldrá bien. Una vez que reconozcas este patrón, estarás un paso más cerca de cambiarlo.
Por ejemplo, es común que las personas que trabajan en cosas que no les gustan piensen que cambiar su trabajo sería demasiado difícil y “¿qué pasa si el nuevo trabajo es tan malo como el anterior?”. Una mejor creencia que se podría practicar es: “Cambiar de trabajo puede ser difícil, pero sé que tengo muchas fortalezas y confío en que puedo aprender las habilidades que necesito para tener éxito”.
¿Cómo tomar riesgos?
La mayoría de los riesgos son bastante menores. De hecho, existe cierto grado de riesgo en casi todas las decisiones que tomamos. Una vez que sientas que tienes las herramientas para combatir tus miedos, es momento de hacer eso que te asusta.
Los siguientes consejos te ayduarán a adoptar una mentalidad de ‘toma de riesgos’:
- Un «riesgo» puede sonar negativo; en lugar de eso, considéralo más como una «aventura» o un «viaje».
- Visualiza un resultado positivo.
- Haz una lista de 10 afirmaciones positivas que puedas practicar justo antes de actuar.
- Cuéntale a alguien lo que estás planeando para que pueda responsabilizarte y celebrarlo contigo más tarde.
- Cuando hayas dado ese salto, evalúa tu experiencia con una mentalidad consciente para que puedas mejorar en el futuro.
- Asegúrate de documentar y celebrar cada vez que te arriesgues, sin importar el resultado, solo que fuiste lo suficientemente valiente como para actuar.
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