Por Sonora Star 
Imagen ilustrativa / Pexels / Mikhail Nilov
Realizar algunos cambios en tu dieta podrían agregar años a tu vida, pero cuanto antes lo hagas, mejor. Esto de acuerdo a una nueva investigación.
En un estudio, un grupo de científicos noruegos examinaron los efectos de alimentos saludables y no saludables, y estimaron su impacto por edad y sexo.
“El cambio de una dieta típica a una optimizada desde una edad temprana podría traducirse en un aumento de la esperanza de vida de más de 10 años”, indicaron los científicos en el estudio publicado en la revista médica PLOS Medicine.
Para llegar a esta conclusión, desarrollaron una herramienta en línea para tener una idea de cómo las elecciones de alimentos individuales pueden afectar la esperanza de vida.
El mayor impacto proviene de comer más alimentos de origen vegetal (legumbres), cereales integrales y frutos secos, y menos carne roja y procesada. El pescado, frutas y verduras también se incluyen en la lista saludable, mientras que las bebidas azucaradas y los alimentos a base de granos refinados, como el pan blanco, se encuentran entre los que deben evitarse.
El estudio también encontró que aunque nunca es demasiado tarde para comenzar a comer saludable.
“Nuestros resultados indican que para las personas con una dieta occidental típica, los cambios dietéticos a cualquier edad pueden brindar beneficios sustanciales para la salud, aunque las ganancias son mayores si los cambios comienzan temprano en la vida”, dijeron.
Por ejemplo, un hombre de 20 años de Estados Unidos que realice cambios saludables en su dieta podría prolongar su vida hasta 13 años más, mientras que una mujer de 20 años podría prolongar su vida 11 años.
Aunque ese número disminuye con la edad, cambiar de una dieta típica a una dieta saludable a los 60 años, por ejemplo, podría aumentar la esperanza de vida en 8 años para las mujeres y 9 años para los hombres, e incluso una mujer de 80 años podría ganar más de tres años de vida si consume alimentos saludables.
Hasta ahora, la investigación ha demostrado beneficios para la salud asociados con grupos de alimentos separados o patrones de dieta específicos.
“Comprender el potencial de salud relativo de los diferentes grupos de alimentos podría permitir a las personas lograr beneficios de salud factibles y significativos”, concluyeron.
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