En un mundo donde se nos enseña a intercambiar tiempo por dinero como única vía para vivir, olvidamos que el tiempo es el recurso más valioso que poseemos. No se puede almacenar ni recuperar, y es precisamente su uso el que define el verdadero valor de nuestra vida. Cuando cedemos el control de nuestro tiempo a otros —a un sistema, a un empleo o a una rutina impuesta— entregamos, sin notarlo, nuestra libertad más profunda.
La verdadera riqueza no reside en acumular dinero, sino en tener el poder de decidir cómo invertir nuestro tiempo. Usarlo con inteligencia y propósito nos da claridad, bienestar y la posibilidad de construir una vida que no esté hipotecada al reloj. Al final, el dinero puede perderse o ganarse, pero el tiempo solo se vive una vez. Elegir cómo usarlo es, quizás, el acto más sabio y valiente que podemos hacer.
Ser dueño de tu tiempo es un acto de sabiduría y valentía. Implica cuestionar tradiciones que nos enseñaron a intercambiar vida por dinero como única vía para “tener éxito”. Significa invertir el tiempo con propósito, no gastarlo como si fuera infinito. Porque el dinero puede perderse y recuperarse, pero el tiempo jamás vuelve. Aprender a priorizarlo, administrarlo con inteligencia y dedicarlo a lo que realmente importa, es el camino hacia una vida plena, auténtica y verdaderamente libre.
“El tiempo es la moneda de tu vida. Tú decides cómo gastarla. No permitas que otros la gasten por ti.” – Carl Sandburg
Si usted tiene alguna idea o tema para enriquecer nuestro Rincón Positivo, esperamos sus comentarios
Si le interesa el Rincón Positivo de la Semana anterior, puede ingresar a: Qué nunca muera el asombro del niño que llevas dentro
Otros:
Qué nunca muera el asombro del niño que llevas dentro
Chapines haciendo historia a nivel mundial
La Marimba: el alma sonora de Guate
El poder transformador de las palabras
Te puede interesar:
Índice de Recetas
Índice de Tips
Pensamiento de la Semana
Cartelera de Teatro




