Por Sonora Star

Parte de nuestro bienestar nace de la felicidad, pero ¿qué significa realmente sentirse feliz? ¿Es la sensación de libertad o de estar al lado de alguien a quien amamos profundamente? ¿Es saborear tu platillo favorito o escuchar una canción en particular? ¿Es la sensación que tenemos cuando algo nos sale bien?

Sin una comprensión que vaya más allá de la frase “sentirse feliz”, podríamos perder la oportunidad de sentir emociones igual de positivas en nuestra vida. La psicóloga Barbara Fredrickson sugiere que los seres humanos experimentamos toda una variedad de emociones positivas y que cada unan de ellas nos ayuda a ampliar nuestra perspectiva.
 

Tipos de emociones positivas

Alegría: Cuando estamos sorprendidos o encantados con algo bueno o que no esperábamos, nos sentimos alegres. Por ejemplo, piensa en el momento en el que comiste una comida deliciosa en un restaurante nuevo o cuando visitaste por sorpresa a un amigo o familiar.

La alegría es una señal de que estás en una situación segura y nos anima a disfrutar la experiencia que estamos viviendo.
 

Gratitud: El agradecimiento es lo que surge cuando reconocemos que el esfuerzo de alguien más nos brindó un beneficio. Nos sentimos agradecidos por obsequios, por la actitud amable de los demás y por el tiempo que invertimos en cosas que amamos.

También agradecemos el hecho de estar vivos o de poder disfrutar de las maravillas que nos rodean.
 

Orgullo: Cuando logramos una meta o contribuimos de manera importante a un logro colectivo nos sentimos orgullosos de nuestras propias habilidades.

Ya sea para obtener el ascenso que siempre hemos esperado o para cumplir alguna de nuestras metas de acondicionamiento físico durante 6 semanas seguidas, reconocer nuestras propias habilidades nos brinda la motivación necesaria para continuar creciendo.
 

Serenidad: Nos sentimos serenos o contentos cuando nos encontramos viviendo circunstancias que sentimos correctas o fáciles.

Piensa en un domingo tranquilo por la mañana con la familia o en la calma y tranquilidad que te brinda un paseo por el jardín.

La serenidad nos alienta a disfrutar el presente y a reevaluar nuestras prioridades, profundizando nuestras reflexiones.

 

Curiosidad: Sentimos curiosidad cuando encontramos algo nuevo y nos sentimos seguros y motivados para explorarlo.

Ya sea que se trate de leer artículos de temas distintos a los habituales o descubrir una nueva colonia en tu ciudad, el interés nos invita a explorar y aprender para incrementar nuestro conocimiento.
 

Diversión: Desde el ingenio hasta las travesuras, la diversión o el humor es la emoción ligada a la risa. Los psicólogos afirman que la “incongruencia social no seria” es la fuente de nuestro humor cuando percibimos un evento desde dos perspectivas diferentes.

Pero sea lo que sea que te haga reír, cuando lo hacemos junto a otros, fortalecemos nuestros lazos con esas personas.
 

Esperanza: La esperanza es la emoción positiva que sentimos cuando imaginamos un futuro más brillante y, a menudo, nos acompaña en momentos difíciles.

Aunque puede estar acompañada de miedo o tristeza, la esperanza nos impulsa a tomar medidas para crear un mejor mañana a través del optimismo y la resiliencia.

 

Inspiración: Cuando vemos que otra persona actúa como lo mejor de sí misma, nos inspira a esforzarnos al máximo. -

Ya sea que presenciemos un acto de alto valor moral o una actuación que demuestre excelencia y domino de las habilidades, la inspiración nos ayuda a conectarnos con la grandeza de los demás para ser mejores.

 

Asombro: Cuando algo nos atrae y nos brinda una sensación de conexión con algo más grande que nosotros, decimos que es asombroso.

La grandiosa bondad o belleza, como un cielo iluminado por las estrellas o un rojo atardecer, puede detenernos en nuestro camino y abrumarnos por la maravilla.

El asombro transforma nuestra visión del mundo y nuestro lugar en él.
 

Amor: De acuerdo con la psicóloga Fredrickson, el amor es la emoción positiva que se define como la experiencia compartida de cualquiera de las emociones mencionadas anteriormente con alguien más. Estos momentos nos permiten conocer a los demás de manera más profunda.

Esta relación se transforma con el tiempo en una relación afectiva que se caracteriza por la intimidad y la confianza.

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