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Un estudio científico logró identificar la edad en la que empieza a envejecer el cerebro humano y comprobó que este proceso se puede retrasar a través de la alimentación.
Mediante un estudio, investigadores lograron detectar que cuando uno transita el final de su cuarta década, nuestro cerebro emite las primeras señales de su deterioro. Mientras que a los 60 años, el cerebro envejece a más velocidad.
La desestabilización funcional del cerebro detectada por los científicos está asociada con una mayor resistencia a la insulina debido a que con la edad comienza a perder la capacidad de metabolizar la glucosa con eficacia, lo que provoca una lenta inanición de las neuronas y desestabiliza las redes cerebrales. Según el estudio publicado en la revista PNAS, como alternativa a la glucosa se puede optar por cetonas.
El experimento incluyó la participación de casi 1.000 personas desde los 18 hasta 88 años de edad, las cuales fueron sometidas a resonancias magnéticas para verificar el estado funcional del cerebro.
Los participantes del estudio probaron dos tipos de dietas: una regular y otra baja en carbohidratos (carne, pescado con hojas de lechuga evitando el arroz y papas) para evaluar la estabilidad de los cerebros de acuerdo a la dieta.
Los resultados del estudio demostraron que la dieta de cetonas mejoraba la interacción de las áreas cerebrales y aumentaba la actividad cognitiva general. Al mismo tiempo, descubrieron que la interacción del cerebro con la ingesta de alimentos también juega un papel importante.
Pues una dieta baja en calorías ayuda a retrasar el proceso de envejecimiento del cerebro y tiene un efecto rápido.
El impacto de la dieta se detectó en los participantes de todas las edades que participaron del estudio al poco tiempo de probarla.