Por Sonora Star 

Eres de los que se levanta todas las mañanas tratando de retrasar el comienzo de un nuevo día, o saltas de la cama de manera apresurada para iniciar tu día sin agradecer despertar un día más?

Si después de despertar, diriges tu mente hacia lo que tienes que hacer durante la mañana o tarde, apurando tu vida durante toda la semana, estás viviendo en el futuro.

En cambio, si comienzas a pensar en que quizás tu reunión de trabajo de ayer no fue tan buena como esperabas, o desearías no haber dicho algo en específico, estás viviendo en el pasado.

Pasado y futuro con solo momentos temporales, unidos por un hilo invisible que te mueve constantemente de uno a otro.

Sin embargo, al vivir en el pasado o en el futuro, no somos capaces de apreciar los momentos que estamos experimentando en este momento: el sabor de tu desayuno, el suave toque de tu almohada al despertar o los primeros rayos de sol que recibe tu piel al salir de casa.

Vives mirando hacia adelante o hacia atrás, desperdiciando cada segundo del presente, perdiéndote de las maravillas que suceden en el ahora.

¿Has intentado detenerte? Pruébalo incluso un par de segundos. Respira, siéntate, conéctate contigo mismo. Comienza a prestar atención a lo que estás haciendo ahora. La vida se trata de pequeños momentos que debes aprovechar. Avanza con intención y responsabilidad. Decide disfrutar el presente.

Disfruta lo que estás haciendo, o al menos sé consciente de ello. Sumérgete en la experiencia. ¿Cómo puedes hacerlo? Prestar atención a lo que haces significa estar consciente.

Cuando comes, normalmente comemos y ya. Pero al estar consciente, puedes probar la comida, observar su textura, identificar sus sabores y aromas. Lo mismo cuando te duchas. ¿Alguna vez le has prestado atención a la sensación del agua cayendo sobre tu piel? O cuando disfrutas en compañía de familia o amigos. Dedícales tiempo, agradece su compañía y sus conversaciones y deja de pensar en lo que sucedió ayer o en lo que crees que pasará mañana.

Estar consciente también aplica para momentos desagradables, pues como sabemos, la vida no solo se trata de felicidad. Pero puedes mirar profundo dentro de ti y encontrar tu propósito, necesidades y sentimientos en las acciones que realizas ahora.

A través del pensamiento consciente puedes descubrir el poder de la aceptación, olvidar el resentimiento y tus expectativas. A menudo nos distanciamos del aquí y del ahora porque nos duele o no es como lo habíamos imaginado, o porque nos sentimos culpables de poder disfrutarlo.

Lo que está hecho, está hecho, y el futuro, aunque tengas que trabajar para lograr lo que deseas, vendrá en algún momento. No uses el pasado como un gran sofá para descansar sino como un trampolín para saltar hacia lo que sigue. Borra el “que pasaría si…” de tu vida, porque adivinar la realidad no es una de las cualidades del ser humano. Intenta tener unos minutos contigo mismo, con el aquí y el ahora.

Entrégate a la experiencia y recuerda vivir ahora, en este momento, porque no hay nada más.

Te puede interesar: 

5 Maneras de cultivar resiliencia