Por Muy Interesante
El envejecimiento de la piel es normal con el paso de los años, pero ¿has oído hablar del el fotoenvejecimiento? El fotoenvejecimiento es un fenómeno que se produce cuando el sol provoca el envejecimiento prematuro de tu piel. Por supuesto, el envejecimiento prematuro de la piel por la exposición al sol no es saludable para tu piel. A continuación exploraremos algunos detalles fascinantes pero significativos sobre los efectos dermatológicos de la exposición al sol.
Introducción del fotoenvejecimiento
Puede que pienses que el cuidado de la piel no es importante, “cuestiones de estética” sin mayor importancia. Sin embargo, la piel es un órgano más de nuestro cuerpo. Sí, un órgano, de hecho, el órgano más grande de nuestro cuerpo. Pues bien, el principal problema del fotoenvejecimiento es que aumenta el riesgo del cáncer de piel. Algunos dermatólogos utilizan en lugar de este término, el de “fotodaño”, daño producido por la luz (solar).
El término también es acertado siempre que se haga alusión al tipo de luz del que se trata, pues se produce cuando los rayos ultravioleta inciden en la piel sin protección solar. Al carecer de protección, estos rayos son capaces de penetrar más allá de lo que nos gustaría, hasta capas de la piel más profundas (la dermis), y pueden provocar cambios en nuestras células, en el ADN de las mismas. Con una exposición solar habitual, el daño en la capa superficial se hace visible al cabo de unos años. Varios estudios revelan que el 90% de la piel sufre cambios visibles debido al constante fotoenvejecimiento por la exposición solar habitual.
En este aspecto, es sencillo comprender que las personas que no utilizan protectores solares son más propensas al fotoenvejecimiento, pues los protectores frenan parcialmente el paso de los rayos ultravioleta. Sin embargo, estamos hablando de algo que se puede (y se debe) prevenir. Por otro lado, los síntomas y las causas del fotoenvejecimiento se manifiestan de diversas maneras. No todo es evidente o “cuestión de estética”.
Signos de exposición al sol en la piel
El fotoenvejecimiento es diferente del envejecimiento cronológico o normal, que se produce por la genética y la edad. Suele dañar y modificar la estructura de la piel de forma permanente. Los signos y síntomas del fotoenvejecimiento comienzan en la adolescencia o a principios de la segunda década de vida.
Estos indicios incluyen arrugas, pérdida de tono de la piel debido a la disminución de la elasticidad, cambios de pigmentación como pecas, textura de la piel desigual y áspera, manchas, rojeces, y capilares rotos, normalmente alrededor de las mejillas y la nariz. ¡Seguro que no te habías planteado que todos estos fenómenos en la piel podían ser producto de la exposición solar!
La evidencia sugiere que la queratosis actínica, las pecas y el melasma son algunos de los signos más significativos del fotoenvejecimiento. Sin embargo, estos signos pueden variar de unas personas a otra (algo igual que sus tipos de pieles, pigmentación, etc).
Causas
Cuando hablamos de la luz ultravioleta (UV) parece que hablemos de un concepto abstracto. Desentrañemos un poco más de qué se trata este concepto. Verás, hay dos tipos de luz UV que conducen a la piel hacia el cáncer de piel y el fotodaño. Estos tipos son la luz UVA y la luz UVB. La luz UVA es el tipo de radiación solar que tiene tendencia a dañar la piel desde la epidermis (capa más superficial) hasta la dermis (capa más gruesa y profunda que la epidermis), en todos los niveles.
Muchas partes de la piel se ven afectadas, incluidas las fibras de elastina (proporcionan elasticidad a la piel, ligamentos y arterias, así como resistencia y dureza al tejido conectivo) y el colágeno (proporcionan sostén, soporte, al tratarse de fibras resistentes, fuertes y flexibles) de esas capas. Como comprenderás, estas partes afectadas son esenciales para que la piel goce juventud y elasticidad.
El otro tipo, la luz UVB, es la radiación solar que daña potencialmente la piel más que la UVA e irradia la capa externa de la piel. Daña potencialmente la epidermis y hace que la piel forme células precancerosas. Por lo tanto, hay que eliminar la idea errónea de que el sol sólo broncea la piel, de hecho, es capaz de causar cáncer de piel y afectar gravemente a la piel.
¿Quién es susceptible de sufrir fotoenvejecimiento?
Todo el mundo es susceptible de sufrir fotoenvejecimiento. Sin embargo, el tiempo de exposición al sol con la piel desprotegida es importante. Quienes utilizan protectores solares y se exponen menos al sol tienen menos probabilidades de sufrir fotodaño, pero la piel desprotegida es fácilmente vulnerable al sol. Además, los factores geográficos, la genética, la edad y el tipo de piel también añaden importancia al grado de fotodaño. Por ejemplo, las personas de piel pálida, pelo rubio o pelirrojo y ojos claros son más propensas a quemarse que a broncearse. Sin embargo, las personas con un tono de piel más oscuro tienen menos probabilidades de desarrollar cáncer de piel.
Además, las personas de piel morena o negra pueden broncearse fácilmente, pero no suelen sufrir quemaduras en la piel. Esto ocurre porque la pigmentación de la piel está dada por la melanina, y supone una protección en sí misma.
Hasta el momento, la evidencia disponible sugiere que todo el mundo debería proteger su piel antes de exponerse al sol.
Tratamientos para el fotoenvejecimiento
Que no te engañen con los productos “anti-envejecimiento” que prometen “revertir completamente” los daños ya causados. Múltiples estudios hasta la fecha nos demuestran que es extremadamente difícil eliminar completamente el fotodaño. Sin embargo, hay tratamientos disponibles para atenuar los síntomas y hacer que la piel tenga un mejor aspecto. Estos tratamientos incluyen:
Láseres
Sí hay algunos dermatólogos que defienden que se puede “rejuvenecer” la piel mediante técnicas láser para disminuir las líneas finas y las manchas marrones (llamadas melasmas o cloasmas) causadas por la exposición al sol. También mejora la textura de la piel y el aspecto de los poros dilatados. Se utilizan distintos tipos de láser para diversos fines. Por ejemplo, algunos son capaces de eliminar o atenuar significativamente el enrojecimiento y los vasos sanguíneos rotos por el fotodaño. Otros, en cambio, pueden ayudar a prevenir parcialmente los cambios precancerosos en la piel.
Terapia fotodinámica
La fotodinámica es un tratamiento específico sugerido para eliminar las manchas precancerosas (lesiones susceptibles de malignizar) que se indican debido a la constante exposición al sol. En esta terapia, el médico puede utilizar un medicamento tópico antes de iniciar el procedimiento y utilizar luz fluorescente roja o azul para activar el medicamento aplicado en la piel. Es decir, se trata de medicamentos inactivos hasta que entran en contacto con la luz que los activa (estos son fármacos “fotoactivos”). Esta luz se encarga de destruir las células precancerosas, pero lo bueno de este tratamiento es que nunca daña las células normales.
Crioterapia
La crioterapia es un tratamiento sugerido para tratar la queratosis actínica. En esta terapia, los médicos utilizan nitrógeno líquido para congelar las cicatrices, la queratosis actínica y las manchas de la edad no cancerosas. Estas manchas pueden desaparecer o volverse oscuras tras unos días de crioterapia.
Exfoliación/Descamación química
Existen sustancias químicas, como el ácido glicólico o el ácido tricloracético, que ayudan a tratar la queratosis actínica y a eliminar las manchas marrones cuando se aplican sobre la piel. Estas sustancias químicas mejoran la textura y el tono de la piel fotodañada.
Conclusiones
La conclusión principal es que la exposición al sol durante mucho tiempo es peligrosa y no está carente de consecuencias negativas que, en última instancia, pueden ser también graves con problemas como el cáncerde piel. Sin embargo, puedes reducir la probabilidad de sufrir los efectos del fotoenvejecimiento si cuidas tu piel utilizando protectores solares antes de exponerte al sol. Aun así, si tienes cambios en la piel o aparición de lesiones nuevas, no dejes de consultar con tu médico.
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