Por Universia
Imagen / Pexels / Nataliya Vaitkevich
Con frecuencia oímos a parientes, amigos o parejas sufrir por estrés y creemos que es una situación pasajera y común. Sin embargo desconocemos cuánto nos afecta a nuestra salud a largo plazo y la importancia de evitarlo
A lo largo de nuestra vida nos encontramos con situaciones que nos generan estrés, provocando dolores de cabeza, inapetencia, dolores de estómago o de espalda. Sin embargo, cuando las situaciones de estrés son cada vez más frecuentes nuestro cuerpo comienza a debilitarse ocasionando grandes problemas de salud.
El estrés tiene como función alertarnos ante circunstancias de emergencias, pero cuando esa alerta se activa con frecuencia genera un desgaste de nuestro cuerpo, afectándonos de manera física, emocional y mental.
Estudios recientes demuestran que el 12% de las enfermedades coronarias son causadas por el estrés. Según el profesor cardiólogo José Calabuig de la Universidad de Navarra, el estrés causa en el corazón los mismos problemas que el tabaco o la hipertensión.
Es decir, el estrés genera una disfunción del endotelio de las arterias, permitiendo que la grasa en la sangre se acumule en ellas. Lo mismo que provoca la hipertensión o el tabaco, la arteriosclerosis. Los expertos afirman que el nivel de estrés depende de la percepción que tengamos sobre la situación. Es decir, tenemos la capacidad para controlar el estrés en la medida en que sepamos resolver el conflicto de forma pausada y tranquila.
Hans Seyle, un médico reconocido como el “padre del estrés” determinó mediante su estudio tres fases que el cuerpo experimenta ante las presiones. Primero, la alarma; luego, la resistencia; y por último, el agotamiento. Al principio el cuerpo utiliza todas sus energías para enfrentar la amenaza, luego el cuerpo aumenta las hormonas del estrés, aumenta tensión, el corazón funciona rápidamente al igual que los pulmones, para poder combatir la amenaza y superar el momento. Y a partir de aquí surgen dos caminos: el cuerpo puede atravesar el problema y todos los síntomas disminuyen o si la amenaza resulta muy grande o dura mucho tiempo, el cuerpo no sabe adaptarse y cae en la fase del agotamiento.
Hoy en día se conoce que las defensas no se agotan, sino que el cuerpo luego de varias situaciones enfrenta un debilitamiento hasta caer en enfermedades. La hipertensión, el aumento de peso, los infartos, el acné, el envejecimiento prematuro, la caída del cabello, entre otras, son algunos de los problemas de salud causados por el estrés.
Si bien no podemos evitar transitar por momentos difíciles, es importante aprender a manejar el estrés. Debemos controlar las emociones razonablemente para cuidarnos del agotamiento y que nuestra salud se encuentre fuerte.
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