Por Sonora Star
Los emprendedores y nuevos empresarios saben de antemano que el camino que recorren está lleno de obstáculos y que fallarán unas cuantas veces antes de encontrar el éxito. Sin embargo, esto no significa que deben ir caminando a ciegas hasta encontrar el rumbo correcto.
Si bien los fracasos son una parte importante del autoaprendizaje, también lo es tomar consejos de quienes ya pasaron por ahí para evitar en todo lo posible un error que nos haga perder tiempo y esfuerzo.
Los consejos pueden venir de otros empresarios, de consultores e incluso de colegas. En general, y como lo dice el autor Nicholas Nassim Taleb, los consejos son baratos porque normalmente los dan las personas que no tienen nada que perder en la situación en la que te encuentras.
Pero para aquellos que los proporcionan, la desventaja de un mal consejo es aún mayor pues arruina su reputación.
Por supuesto que ningún consejo garantiza el éxito, y ningún asesor haría tal garantía. Entonces, como lider, ¿cómo saber qué consejo vale la pena escuchar?
Estas son cinco preguntas que el autor Phil Lewis, consultor profesional y fundador de Corporate Punk, formuló con base en 20 años de experiencia tanto como emprendedor como asesor empresarial para saber cuándo debes tomar un consejo profesional.
1. ¿La experiencia del asesor es relevante para mi situación?
Seguir el consejo de alguien sobre una situación en la que tiene poca o nula experiencia puede ser una mala idea.
Por ejemplo, nadie que haya pasado toda su vida en puestos asalariados estará completamente calificado para asesorar a un emprendedor sobre la mentalidad o perspectiva. Por otra parte, es posible que las personas del sector minorista no siempre estén en la mejor posición para comprender los desafíos que enfrentan quienes trabajan en servicios financieros.
Ten cuidado, entonces, con aquellos que creen que la experiencia general es un sustituto de la experiencia específica.
También ten precaución con las afirmaciones generalizadas de éxito durante las asesorías. Es cierto que en ocasiones las circunstancias pueden reducirse a un mínimo común denominador, y reformular problemas puede ayudar a los asesores y clientes a encontrar puntos en común.
Pero cuanto más directamente relevante sea la experiencia del asesor para el asunto en cuestión, más útil será el consejo que ofrece.
Examina la experiencia de tus posibles asesores para determinar la relevancia de escuchar sus palabras y consejos.
2. ¿Sus incentivos están alineados?
La desalineación de los incentivos abunda en los negocios, pero apenas es examinada en las relaciones de asesoramiento.
Por ejemplo, comienza por el dinero. Si tu asesor está incentivado por mantener las facturas en curso, entonces el cliente que esté motivado por las restricciones presupuestarias o eficiencias en costos debe ser cauteloso.
Un problema obvio con consejos egoístas nunca se enmarca como tal. Esta es una de las razones para desconfiar de cualquier persona que se dedique activamente a “vender” consejos para ganarse la vida, en lugar de simplemente explicar su experiencia, valores y competencias, y permitirte sacar tus propias conclusiones.
En resumen, esta segunda pregunta se puede expresar de la siguiente manera: “¿El asesor se preocupa por mis intereses?”. Esto no significa que deban asesorarte de manera gratuita; significa que el motor de su relación debe ser tú prosperidad. Y quizás este sea un buen consejo para los asesores: las personas tienden a seguir haciendo negocios con quienes confían.
3. ¿Compartimos valores similares?
Este consejo solo es útil si trabajas bajo una serie de valores compartidos. Por ejemplo, alguien que busca asesoramiento sobre el fomento a la diversidad no se beneficiará si su asesor cree en el uso de la fuerza a través de la conformidad. De manera similar, alguien que se preocupa por un servicio al cliente excelente no recibirá información útil de alguien que se preocupa más por las ganancias máximas a corto plazo.
Esto no significa que debamos juzgar los valores, pero sí para afirmar que es esencial verificar la alineación de los valores con los asesores.
4. ¿Tiene un historial sólido conmigo y con mis negocios?
Los asesores que tienen una sólida trayectoria en la entrega de buenos resultados para una organización son aquellos cuyos consejos valen aún más.
Esto no quiere decir que la nuevas perspectivas de asesores jóvenes no sean valiosas, pero es importante considerar que el rendimiento del pasado es a menudo un indicador del valor futuro.
Estos son algunos consejos importantes en este punto: cuida a tus asesores comprobados de la manera en que ellos han cuidado de ti o de tu negocio. La lealtad trae consigo innumerables recompensas.
5. ¿Me está diciendo algo que no quiero escuchar?
Nuestros asesores son rara vez nuestros mejores amigos, y de hecho, algunas relaciones de asesoramiento saludable pueden caracterizarse por un alto grado de conflicto o tensión. A menudo, le corresponde a los asesores decirnos las cosas que no queremos escuchar y que nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Una señal de un buen consejo es que es posible que no lo disfrutes cuando lo recibas.
A veces puede ser difícil diferenciar los consejos incómodos pero esenciales y los incentivos desalineados. Pero considera, por ejemplo, una situación en la que un consultor explica que, después de haber investigado a fondo tu problema, concluya que es posible que debas gastar mucho más dinero del que habías presupuestado para resolverlo. ¿Está siendo codicioso o está actuando como un socio responsable y honesto?
Una vez más, comprender la intención es la clave. Una forma útil de comprobarlo es haciendo referencia a las otras preguntas. ¿El consultor tiene una experiencia análoga que subraya su confiabilidad (P1)? ¿Comparte valores similares (P3)? ¿Y su historial contigo justifica el consejo (P4)?
Estas cinco preguntas pueden ahorrarte una cantidad considerable de tiempo, dinero y esfuerzo si las haces de manera rutinaria antes de buscar o aceptar un consejo.
Pero también son útiles para quienes se dedican a la asesoría empresarial, pues son un punto de referencia para saber cuándo tu consejo es valioso y cuándo no lo es.
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