Por Universia
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¿Estás buscando tu primer trabajo? ¿Acabas de comenzar tu carrera profesional? Es habitual que, en todo desempeño laboral, surjan momentos que exigen una mayor intensidad de trabajo, aún más cuando estás dando tus primeros pasos profesionales.
Esto genera situaciones de presión laboral que, si no son gestionadas de forma correcta, pueden provocar estrés y ansiedad. Seguir una serie de recomendaciones, apoyadas por especialistas en mental health, te ayudará a evitar que la presión laboral te paralice, disminuyendo tu productividad y afectando a tu salud. Te las contamos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año se pierden en el mundo 12.000 millones de días de trabajo a causa de la depresión y la ansiedad.
En estas situaciones tienen mucho que ver lo que denominan “entornos deficientes de trabajo”, en los que influyen la inseguridad laboral, las cargas de trabajo excesivas o la discriminación. Constatar e impedir que se produzcan estas situaciones es competencia de los responsables de los equipos y las empresas.
No obstante, también es habitual que esa presión laboral excesiva que degenera en estrés parta del mismo trabajador, ya sea por su autoexigencia, por su desconocimiento de las herramientas o procesos con los que tiene que trabajar o simplemente por estar atravesando periodos de baja autoestima. En los profesionales más jóvenes, con una experiencia laboral muy reducida o, incluso, nula, esta situación puede resultar paralizante, generando incluso lo que se conoce como el síndrome de burnout. ¿Has pasado alguna vez por una situación parecida, ya sea mientras estás trabajando o -y esto también ocurre- en los procesos de búsqueda de empleo? Seguir una serie de recomendaciones te ayudará a ponerle freno.
El tiempo es limitado y aún estás en proceso de adaptación: aprende a gestionarlo
Aprender a gestionar el tiempo limitado que tienes es fundamental. Asígnate una duración concreta para las tareas, prioriza las más importantes y urgentes sobre los que no lo son y márcate objetivos. Para ello es fundamental que hagas un análisis previo de todas las necesidades reales que se te presenten y el tiempo que tienes para realizarlas. Establece fechas clave.
Si has comenzado a trabajar hace pronto, asume que aún estás en un proceso de aprendizaje, que es muy posible que no llegues a todo: explica tus sensaciones a tus compañeros o a tus responsables. Para que la presión laboral no te arrastre resulta fundamental la comunicación con todo tu equipo.
Buscar el apoyo de compañeros con más experiencia
Ya estés en búsqueda de empleo o formes parte de un equipo de trabajo, es importante que comuniques tus inquietudes, tus dudas y frustraciones con los que tienes al lado, sobre todo si tienen más trayectoria y pueden darte consejos basados en su experiencia. El teletrabajo y la irrupción constante de nuevas tecnologías nos obligan a enfrentarnos a un aprendizaje acelerado y constante que puede provocar estrés en muchas personas, sobre todo porque en el entorno actual es habitual que este proceso se realice en soledad.
Apoyarse en otras personas es básico para no caer en el estrés. “La relación humana, aparte de ser una fuente de creatividad, también es una fuente de relax”, señala Cristina Jardón. “Porque, cuando yo cuento lo que me sucede, va perdiendo fuerza, le pongo otra perspectiva”, observa.
Tu cuerpo te avisará de que algo va mal: escúchalo
Las nuevas experiencias tienden a tensionarnos y el desconocimiento que puedes tener de algunos funcionamientos de tu nuevo trabajo o de las herramientas de trabajo pueden hacerlo aún más.
“El cuerpo habla, lo que ocurre es que a veces no le prestamos atención”, señala Cristina Jardón, experta en inteligencia y bienestar emocional. ¿Sientes que cada vez estás más irascible? ¿Que aumenta tu cansancio cada día? En ese caso, es muy probable que estés estresado. Y es el momento de ponerle remedio.
“Cuando noto un mínimo rasgo de estrés, ahí tengo que ejecutar”, señala Jardón. ¿Cómo? “Estableciendo descansos, observando la dieta y comprobando si lo que comes te ayuda a estar más tranquilo, ya que en los momentos de estrés solemos tomar alimentos que son más excitantes”, recomienda. Ante el menor signo de ansiedad, busca las causas y reacciona.
Practica técnicas de relajación
Cuando estamos en situación de presión, nuestra mente puede llegar a sentir que colapsa. Los pensamientos y las emociones chocan con una acumulación que impide llevar a cabo las tareas que deseamos. En ese punto, está demostrado que echar mano de alguna técnica de relajación va a permitir reducir el estrés y que nuestra mente vuelva a un estado productivo.
El mindfulness es una de las técnicas más recomendadas por los profesionales del bienestar emocional. Algunos ejercicios sencillos de respiración o el autoanálisis de nuestros pensamientos o identificación de nuestras emociones son prácticas que aportarán una visión más amplia de la realidad, mejorar la capacidad cognitiva y volver a poner el foco en nosotros mismos y nuestro bienestar. “Una práctica de tan solo unos minutos de mindfulness nos va a ayudar a regular ese sistema nervioso que se está poniendo en jaque”, explica Cristina Jardón.
Ponte en movimiento
En un nuevo trabajo, tu cerebro está recibiendo impactos desconocidos y es importante que le des tiempo a procesarlos. Nada mejor que darte un largo paseo o hacer deporte después de acabar la jornada laboral o cuando establezcas un descanso en tu proceso de búsqueda de empleo.
El ejercicio físico ayuda a segregar más serotonina, una hormona que regula el estado de ánimo de los seres humanos.
Cualquier tipo de ejercicio físico va a ayudarte a aclarar tu mente y liberar la tensión. Y lo que es igual de importante, te ayudará a dormir mejor. La falta de sueño, no hay que olvidarlo, reduce profundamente la capacidad de reacción y concentración y es una fuente extraordinaria de estrés.
En un entorno continuamente cambiante, la presión laboral está a la orden del día, mucho más para los perfiles junior, que se encuentran en pleno proceso de aprendizaje. Pero ni las empresas ni el propio trabajador pueden permitirse que llegue a convertirse en estrés.
Contar con una serie de recursos y seguir ciertas recomendaciones vinculadas al bienestar emocional impedirá que te paralice la ansiedad y te hará mucho más productivo.
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