Por Sonora Star
La vida es estresante y, a veces, este mismo estrés puede abrumarte al punto de paralizarte. Sin embargo, existe una solución: aprender a relajarnos.
Las actividades cotidianas, como ir al súpermercado o el tráfico pueden ponerte tenso. Es posible que te resulte difícil desconectarte de tu teléfono y dejar de ver algunas horas todo lo que sucede en el mundo las 24 horas los 7 días de la semana.
¿Qué es el estrés?
Cuando te sientes abrumado o no puedes manejar una situación, tu cuerpo puede responder de manera negativa. Por instinto de supervivencia, nuestro cuerpo se prepara para correr o huir, y eso genera estrés.
Sin embargo, vivir una vida libre de estrés es peligroso y poco saludable. De acuerdo con expertos de la salud, necesitamos aunque sea un pequeño desafío para mantenernos vivos.
Pero demasiado estrés es dañino. Es normal sentirnos abrumados pero también es importante encontrar maneras de relajarnos, realizando actividades que se acomoden a nuestras necesidades e intereses.
Tipos de técnicas de relajación
Existe una amplia gama de prácticas que pueden ayudarte a relajarte y liberar el estrés. Estas pueden clasificarse en varios enfoques. Puedes realizar uno a la vez o combinarlos.
Ejercicios de respiración
Es una de las prácticas de relajación más fáciles porque involucra algo que todos hacemos: respirar.
Para lograrlo debes concentrarte en tu respiración. Siéntate o acuéstate en un lugar tranquilo, respira profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca o nariz.
El psiquiatra Gregory Scott Brown sugiere el enfoque “4-7-8”. Inhala durante 4 segundos, contén la respiración durante 7 segundos y luego exhala durante 8 segundos.
Esta práctica puede ayudarte a calmarte y relajarte.
Atención plena y meditación
La atención plena es una forma antigua de meditación que promueve la conciencia de lo que está sucediendo en el momento presente. Te anima a concentrarte en tu cuerpo, tus pensamientos y lo que sucede a tu alrededor.
La meditación con mantras, por otro lado, es lo opuesto a la atención plena. En esta práctica, pones toda tu atención en un solo objetivo, como un mantra, la llama de una vela o una frase.
Ambos tipos de meditaciones te ayudan a concentrarte cuando tu mente divague. Al hacerlo, desarrollarás una nueva habilidad que te permitirá mantener tu mente enfocada en medio del estrés, y por lo tanto serás capaz de tomar mejores decisiones.
Relajación muscular progresiva
Esta técnica se concentra en tensar y relajar lentamente los grupos de músculos. Puedes practicarlo junto con ejercicios de respiración.
Encuentra un lugar cómodo para sentarte o acostarte, cierra los ojos y respire profundamente unas cuantas veces. Expande tu estómago al inhalar y contrae al exhalar.
Puedes comenzar con los músculos de la cabeza y la cara y avanzar hacia abajo por el cuerpo o puedes comenzar con los dedos de los pies y avanzar hacia arriba. Mientras te concentras en cada grupo de músculos, tensa y mantén presionado durante unos 5 segundos y relájate durante 30 segundos, luego repite.
Visualización o imágenes guiadas
Imagínate acostado en una playa, sintiendo la arena y la suave brisa que agita suavemente el viento. Usa tus sentidos para oler el agua salada y sentir el sol mientras te transportas allí.
De eso se trata la visualización o imágenes guiadas. Utiliza el poder de tu mente para cambiar tu enfoque a un momento, lugar o evento pacífico.
Puede ser útil cuando te sientas estresado o nervioso, por ejemplo, al hablar frente a una gran audiencia.
Ejercicio
Muchas personas apuestan por el ejercicio para ayudar a reducir el estrés en su vida diaria.
Ya sea caminar, correr, andar en bicicleta o jugar algún deporte, cualquier tipo de movimiento puede aumentar la liberación de endorfinas, que son las sustancias químicas del cerebro que te hacen sentir bien.
Cuando tu cuerpo genera más endorfinas, es posible que te resulte más fácil olvidar o minimizar tus preocupaciones y tener una sensación de bienestar duradera.
Te puede interesar:
¿Ansiedad? 4 trucos para lidiar con ella y encontrar la calma