Por Sonora Star
Alguna vez te has sentido relajado inmediatamente después de escuchar el rumor de las hojas de los árboles en un parque o el pacífico sonido del agua en una fuente? Esto tiene una explicación: de acuerdo con un estudio reciente, los sonidos de la naturaleza tienen la capacidad de alterar físicamente las conexiones en nuestro cerebro, reduciendo nuestro instinto natural ante el estrés.
Durante siglos, los sonidos de la naturaleza y los entornos naturales han sido relacionados con la relajación y el bienestar. Para investigar la conexión entre el cerebro, el cuerpo y los sonidos de la naturaleza, investigadores de la Escuela de Medicina de Brighton y Sussex en Inglaterra reclutaron a 17 adultos para escanear sus cerebros mientras escuchaban una serie de sonidos de la naturaleza (captados directamente en el entorno). y artificiales (producidos por computadora).
Mientras escuchaban los sonidos, también se les realizó una medición de su atención y tiempo de reacción, así como también un monitoreo a su frecuencia cardíaca.
Los investigadores descubrieron que los participantes que escuchaban sonidos artificiales tenían una atención más centrada en el interior (preocupación, meditación, etc.), mientras que los sonidos de la naturaleza provocaron una atención centrada en el exterior.
Los sonidos de la naturaleza también se asociaron con una disminución en la respuesta de “lucha o huída” de los participantes, es decir, la reacción de nuestro cuerpo ante una situación de peligro, lo que se traduce en estrés. También se registró un aumento de la sensación de relajación o descanso.
Cabe destacar que los participantes que comenzaron el estudio con altos niveles de estrés fueron los más beneficiados, pues registraron mucha más relajación que aquellos que no sentían estrés en un inicio.
La autora principal, Cassandra Gould van Praag, dijo que estos hallazgos podrían tener un fuerte impacto en el mundo real y que “definitivamente recomendaría un paseo por la naturaleza”, ya sea que nos sintamos estresados o no.
También destacó que los sonidos de la naturaleza pueden ser utilizados para mejorar nuestro enfoque y concentración, pues en el estudio, los participantes que escucharon sonidos de la naturaleza que les resultaron familiares se desempeñaron mejor en tareas que requerían su atención.
“Creo que esto respalda la importancia de encontrar un entorno o sonidos de la naturaleza que sean adecuados para el individuo”, dijo Gould van Praag. “Los ruidos de la selva tropical solo pueden tener un fuerte efecto relajante si la persona ya está muy familiarizada con las selvas tropicales”.
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