Por Angel Rodriguez 


Pexels / Armin Rimoldi

Sin duda, la destreza o habilidad más importante para tener éxito en un entorno tan competitivo como el actual, es la capacidad de aprender. En cualquier entorno de laboral, la única constante es la evolución, el movimiento perpetuo, el mundo como todos sabemos no es perfecto, si lo fuera no existiría el desarrollo, la transformación, no sería necesario evolucionar, por tanto, es imprescindible para no dejar de ser competitivo y proporcionar valor continuo seguir aprendiendo.

Debes de comprender el significado de ser un aprendiz ágil. Debes de buscar problemas, o lo que los optimistas llamamos oportunidades retadoras, es necesario encontrar obstáculos en tu camino, tanto dentro como fuera del trabajo, esos obstáculos te garantizan un valioso aprendizaje que debes aprovechar.
 

Ampliar la mentalidad

Es cierto que tenemos que ser conscientes que hay ciertas barreras que pueden interponerse en nuestro aprendizaje, y algunas de ellas están en nuestra mente. Por lo tanto, debemos primero de ser conscientes de estas barreras y después trabajar en modificar o eliminar esas barreras. Muchos estudios han demostrado que, a no ser que uno crea que puede desarrollar y cultivar nuevas habilidades, ni siquiera toda la práctica del mundo marcará una gran diferencia. Entonces, lo primero es creer que podemos.

Los expertos en el programa de Harvard ManageMentor describen que hay que hacer para adoptar una mentalidad de crecimiento, existen cuatro pasos:

Reconocer cuando estamos evitando un desafío. Cuando algo nos asusta, como cuando por ejemplo pensamos que quizás quedemos en evidencia o cometamos errores fatales, estamos atrapados en una mentalidad fija, con el primer paso reconocemos los desafíos.

Darse cuenta de que tenemos posibilidades. Podemos retirarnos y evitar el desafío o podemos reformular el desafío, de tal forma que lo transformamos en una oportunidad para aprender.

Mantener un diálogo interno con nosotros mismos. Es importante usar un lenguaje que refleje una mentalidad de crecimiento; por ejemplo, en lugar de decirnos: «No me interesa aprender cómo hacer análisis estadístico porque nunca se me dieron bien los números», nos decimos: «Aprender a hacer análisis de estadístico me ayudará a mejorar mi capacidad de pronóstico de mercado y puedo preguntarles a mis colegas si tengo dudas».

Cambiar deliberadamente a la mentalidad de crecimiento. Se trata de que asumamos los desafíos, busquemos la retroalimentación y aprendamos de los reveses que nos vayamos encontrando.

Recordemos que, con el rápido ritmo de los cambios, es fundamental saber qué hacemos ante aquellas situaciones desconocidas. Este es el valor distintivo de lo que se conoce como agilidad de aprendizaje. Debemos de ser aprendices ágiles. Mantenernos siempre flexibles. Crecer partiendo de los errores y responder de forma satisfactoria antes los desafíos que enfrentamos.

Si a estas alturas estamos de acuerdo con la tesis de que la agilidad de aprendizaje es esencial hoy en día, es decir que es básico que aprendamos de forma continua que esto nos lleva a mejorar nuestra capacidad de adaptación. Ahora debemos reforzar la idea de como podemos lograrlo.

Hablemos de un ejemplo, imaginemos que me tocado orientar a una persona llamada Carmen. Ella es una ejecutiva de ventas en el departamento de marketing de una multinacional, es una persona con más de diez años de experiencia dentro de la organización. Supongamos que en su empresa ha vivido dos grandes cambios de reorganización en un espacio de tiempo relativamente corto, en el último año.

Esta situación a Carmen le resulto sumamente desorientador. Por tanto, como orientador tuve que hacerle que Carmen dedicara tiempo a reflexionar sobre su mentalidad y su experiencia en torno a los cambios.

Sobre todo, que reflexionara si los cambios los estaba adoptando con entusiasmo o como los confrontaba. Cuando ella reflexionó sobre su mentalidad ante el cambio, pudo darse cuenta de la inquietud y el miedo que estos cambios le causaban, una vez reconocidos, le plantee la posibilidad de redefinir esos cambios no cómo obstáculos, sino como oportunidades reales, oportunidades de desarrollo para ella, oportunidades de crecimiento personal.

Cuando Carmen logro interiorizar los cambios como oportunidades para reinventarse empezó a dedicar mucho más tiempo a mejorar sus habilidades y sus conocimientos, con el objetivo de aportar más valor a su empresa. Obviamente tuvo que asumir riesgos al intentar implementar esas nuevas habilidades y conocimientos en su día a día, pero al asumir esos riesgos, logro desafiar el cambio, logro ser consciente de eso aumentaba su confianza.

Es muy importante finalmente ser consciente de como Carmen fue adoptando una mentalidad de crecimiento a lo largo del camino del cambio, y como finalmente esto le permitió crecer tanto personal como profesionalmente.

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