Ayer, 25 de junio, se celebró con gratitud y admiración a quienes tienen en sus manos una de las tareas más nobles: formar a las generaciones del mañana. El Día del Maestro nos invita a reconocer el compromiso, la entrega y la pasión con la que miles de docentes guían, inspiran y transforman vidas, incluso en medio de desafíos.
Ser maestro no es solo enseñar contenidos, es encender mentes, fortalecer corazones y sembrar valores que perduren.
Cada aula es un espacio de construcción de sueños, y cada maestro, un arquitecto del porvenir. Hoy queremos rendir homenaje a todos aquellos que, con vocación, paciencia y amor, dejan huellas imborrables en sus estudiantes. Gracias por creer en el poder de la educación como motor de cambio social y por ser faros en el camino del aprendizaje.
"La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo." — Paulo Freire.
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